Durante una visita realizada recientemente al cementerio Cristo Redentor, adscrito al Ayuntamiento de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, pude observar en la Manzana 7-O, la construcción de una tumba en pleno pasillo, así como cúmulos de tierras y basuras que dificultan el desplazamiento de las personas que visitan a sus seres queridos que descansan en ese lugar.
De igual manera, dificulta trasladar hasta su última morada a un difunto.
La tumba construida en el pasillo está semi abierta y aún no tiene a ninguna persona enterrada, ubicada en la indicada Manzana 7-O.
Al ser cuestionados al respeto, la administración del cementerio no ofrece una explicación aceptable.
Es lamentable ver esta situación en el principal cementerio público del país, donde están enterrados notables personalidades que se destacaron en la nación dominicana, como Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez, Johnny Ventura y otras personas famosas.
Ojalá que las autoridades del Ayuntamiento del Distrito Nacional actúen sobre este caso y quiten esa tumba de ahí, para evitar que esa práctica indebida y bochornosa trastorne la tranquilidad del este camposanto y se convierta en una práctica común.
Además, debería:
1. Aumentarse la seguridad y la vigilancia en el cementerio.
2. Detener a las personas que asedian a los visitantes.
3. Identificar y eliminar otras tumbas construidas en pasillos que obstaculizan el paso.
4. Mantener sin basuras, tierras y otros desperdicios los pasillos que permiten el
desplazamiento a las distintas tumbas.
5. Identificar y tapar las tumbas abiertas.
6. Reparar las paredes y verjas del cementerio.
7. Colocar cámaras de seguridad en coordinación con el Sistema 911 y la Policía Nacional.
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