Es preocupante la participación constante de militares y policías en hechos que riñen con la ley, y más cuando estos organismos deben velar por el orden en la nación.
Al parecer, las medidas de las autoridades para erradicar este flagelo en los institutos de seguridad no tienen ningún efecto.
Es lamentable que estos servidores públicos que deben velar por el cumplimiento de la ley, enfrentar la delincuencia en todos sus niveles y proteger la soberanía nacional, sean los que fomenten los actos delictivos.
Con sus malas acciones perderán el respeto de los ciudadanos, algo que jamás debería ocurrir.
Por eso, me uno a las voces que piden una revisión en las instituciones militares y la Policía Nacional, que procure colocarlas en un mejor sitial para desempeñar sus funciones.
(Publicado por Jenfri Jiménez, en el periódico Cambio, del 27 de Febrero al 6 de marzo, 2009, en Cartas al director, Pág. 2.)
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